El técnico catalán ha rechazado la oferta a la baja del Cajasol para la siguiente temporada y los rumores lo ubican en el banquillo del Zalguiris
Fin a uno de los culebrones del verano. Finalizado su contrato y con motivo de la reducción del presupuesto que tiene que afrontar el de nuevo Cajasol, anteriormente Banca Cívica, el entrenador catalán contaba con una oferta de renovación que implicaba una rebaja de sueldo. Renovado su caché tras tres años en Sevilla, arrancaban unas negociaciones complicadas y que partían como principal factor a favor la falta de banquillos libres de primer nivel en la Liga Endesa.
Primera opción para el club sevillano tras varias campañas complicadas en la ACB rozando el descenso y el paso de varios entrenadores en muy poco tiempo, Joan Plaza había conseguido garantizar la estabilidad formando año tras año un equipo sólido, realizando buenas temporadas y afianzándose poco a poco (dos billetes para la Copa del Rey, otros dos para el Playoff y una final de la Eurocup) en la parte alta de la zona. Todas las partes (club, entrenador y afición) querían su continuidad y la del proyecto; los dirigentes de la entidad no habían hablado con ningún entrenador si bien se llegó a hablar de Txus Vidorreta y Sito Alonso, finalmente descartado tras renovar con elLagun Aro; y él había declarado al final de la temporada 2011-12 tener ya preparado el equipo para la siguiente campaña.
El problema estaba en el tema económico, el catalán tenía que aceptar una importante rebaja de su sueldo mientras los rumores lo situaban en Kaunas, negociando con un equipo de Euroliga como el Zalguiris. Algún medio llegó a dar por hecho su marcha, otros su renovación, y finalmente parece ser que entrenador y directiva no han llegado a ningún acuerdo, por lo que se procede a su desvinculación. Es el punto y final a tres años de estabilidad, buenas planificaciones y situaciones menos apuradas respecto a años pasados.
La pregunta ahora en Sevilla está en quién tomará las riendas, y desde el principio han sonado dos nombres: Txus Vidorreta, que ya aseguró que no seguiría en el Lucentum Alicante, y Diego Ocampo, segundo al mando de Joan Plaza. El entrenador que llegue deberá traer consigo un caché inferior y adaptarse a un presupuesto mermado para seguir la senda que abrió Plaza: un equipo competitivo y que poco a poco y en medida de sus posibilidades pueda permitirse crecer.
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