POR JOSÉ LUIS SÁEZ
En numerosas ocasiones he dicho y escrito que el Baloncesto Español es hoy lo que es y estamos donde estamos porque otros muchos nos han precedido con la misma pasión, la misma ilusión y el mismo compromiso: directivos, jugadores, entrenadores, árbitros, patrocinadores, periodistas… Y aunque personalizar tiene siempre el riesgo de que alguien se sienta olvidado, en esta ocasión creo que es del todo justificado señalar dos nombres propios, los de dos de nuestros entrenadores más históricos y admirados: Moncho Monsalve y Manel Comas.
A ambos los hemos tenido este fin de semana en primera línea. A Moncho, por los inesperados problemas físicos que sufrió el viernes dirigiendo un partido de juniors en Getafe y a Manel por haberle vuelto a ver y escuchar, tras varios meses de ausencia por una grave enfermedad, en las transmisiones de la Supercopa Endesa en TVE.
Afortundamente, tras la lógica alarma inicial, a medida que han ido pasando las horas las noticias que nos llegan sobre el estado de Moncho son cada vez más tranquilizadoras; de modo que lo que nos queda ahora es esperar que su recuperación sea total para poderle ver lo antes posible de nuevo en una pista de baloncesto. Y la reaparición de Manel no es sólo la mejor noticia que nos podía llegar sino sobre todo una lección de carácter, de raza y de espíritu de lucha, cualidades que son tan valiosas para dirigir desde un banquillo, sin dar un partido por perdido, como para afrontar las más difíciles adversidades frente a las que nos puede colocar la vida.
Para mí personalmente, como para prácticamente todos, en mis primeros pasos en nuestro deporte como entrenador los fueron sendos espejos en los que mirarse para aprender. Pero Moncho y Manel, Manel y Moncho, no son sólo dos referentes de nuestra historia y de nuestro presente -de lo que ha sido la trayectoria de nuestro baloncesto hasta el día de hoy- sino también, y sobre todo, de lo que muchos queremos que sea en el futuro: un baloncesto hecho de la pasión, el compromiso, el espíritu, la personalidad y la vocación de permanencia y de identidad que ellos nos llevan contagiando desde hace más de cuarenta años, ya sea en las canchas, en un clinic, micrófono en mano o en una simple charla de café. Por eso necesitamos que sigan haciendo de su ejemplo una lección magistral.
Lógicamente no quiero cerrar estas líneas sin felicitar al Real Madrid por haberse proclamado brillante campeón de la Supercopa Endesa, el primer título oficial del nuevo curso del baloncesto español, y de forma personal a Rudy por su designación como MVP. Ojalá el éxito de este fin de semana en Zaragoza sea el preludio de una temporada vibrante en todas nuestras competiciones.
@JLSaezR
En numerosas ocasiones he dicho y escrito que el Baloncesto Español es hoy lo que es y estamos donde estamos porque otros muchos nos han precedido con la misma pasión, la misma ilusión y el mismo compromiso: directivos, jugadores, entrenadores, árbitros, patrocinadores, periodistas… Y aunque personalizar tiene siempre el riesgo de que alguien se sienta olvidado, en esta ocasión creo que es del todo justificado señalar dos nombres propios, los de dos de nuestros entrenadores más históricos y admirados: Moncho Monsalve y Manel Comas.
A ambos los hemos tenido este fin de semana en primera línea. A Moncho, por los inesperados problemas físicos que sufrió el viernes dirigiendo un partido de juniors en Getafe y a Manel por haberle vuelto a ver y escuchar, tras varios meses de ausencia por una grave enfermedad, en las transmisiones de la Supercopa Endesa en TVE.
Afortundamente, tras la lógica alarma inicial, a medida que han ido pasando las horas las noticias que nos llegan sobre el estado de Moncho son cada vez más tranquilizadoras; de modo que lo que nos queda ahora es esperar que su recuperación sea total para poderle ver lo antes posible de nuevo en una pista de baloncesto. Y la reaparición de Manel no es sólo la mejor noticia que nos podía llegar sino sobre todo una lección de carácter, de raza y de espíritu de lucha, cualidades que son tan valiosas para dirigir desde un banquillo, sin dar un partido por perdido, como para afrontar las más difíciles adversidades frente a las que nos puede colocar la vida.
Para mí personalmente, como para prácticamente todos, en mis primeros pasos en nuestro deporte como entrenador los fueron sendos espejos en los que mirarse para aprender. Pero Moncho y Manel, Manel y Moncho, no son sólo dos referentes de nuestra historia y de nuestro presente -de lo que ha sido la trayectoria de nuestro baloncesto hasta el día de hoy- sino también, y sobre todo, de lo que muchos queremos que sea en el futuro: un baloncesto hecho de la pasión, el compromiso, el espíritu, la personalidad y la vocación de permanencia y de identidad que ellos nos llevan contagiando desde hace más de cuarenta años, ya sea en las canchas, en un clinic, micrófono en mano o en una simple charla de café. Por eso necesitamos que sigan haciendo de su ejemplo una lección magistral.
Lógicamente no quiero cerrar estas líneas sin felicitar al Real Madrid por haberse proclamado brillante campeón de la Supercopa Endesa, el primer título oficial del nuevo curso del baloncesto español, y de forma personal a Rudy por su designación como MVP. Ojalá el éxito de este fin de semana en Zaragoza sea el preludio de una temporada vibrante en todas nuestras competiciones.
@JLSaezR
No hay comentarios:
Publicar un comentario