POR JOSÉ LUIS SÁEZ
Decir que han sido unos de los días más duros de mi vida fue quedarse corto. La noticia del fallecimiento de Rafa Rojano, un verdadero amigo, un compañero especial, un colaborador extraordinario y una persona buena, fue un mazazo para todos quienes compartimos con él muchas horas, días y años de trabajo, ilusiones y proyectos.
Rafa ha sido una de esas personas sin las cuales el baloncesto andaluz y el español no habrían podido llegar a ser lo que son hoy. Desde sus primeros pasos en las canchas hasta sus cargos de responsabilidad en la FAB y en la FEB, su impronta ha sido insustituible. Su capacidad de gestión y los valores con los que imprimió todas y cada una de sus actuaciones han sido y serán siempre un ejemplo para todos nosotros. Por todo ello Rafa ha sido en los últimos años una de las personas más importantes en la evolución y el crecimiento de nuestro deporte.
Hace ya veinte años las circunstancias quisieron que nuestras trayectorias coincidieran en un punto que acabó siendo el de partida de una fructífera relación y una amistad inquebrantable. Gracias a ello nació un equipo y un proyecto comunes, que no habrían sido posibles, por encima de cualquier otra condición, sin la fuerza de su excepcional calidad humana.
El vacío que deja un padre y un marido como Rafa es del todo punto irreemplazable, imposible de tratar de llenar. Pero su esposa Inma y sus hijos Dani y Andrea pueden contar con todo nuestro apoyo, el de los amigos más cercanos y el de todo el baloncesto andaluz y español.
Lo que soy y donde estoy se lo debo a él. Por eso su adiós me abre un periodo de reflexión sobre el futuro.
@JLSaezR
Decir que han sido unos de los días más duros de mi vida fue quedarse corto. La noticia del fallecimiento de Rafa Rojano, un verdadero amigo, un compañero especial, un colaborador extraordinario y una persona buena, fue un mazazo para todos quienes compartimos con él muchas horas, días y años de trabajo, ilusiones y proyectos.
Rafa ha sido una de esas personas sin las cuales el baloncesto andaluz y el español no habrían podido llegar a ser lo que son hoy. Desde sus primeros pasos en las canchas hasta sus cargos de responsabilidad en la FAB y en la FEB, su impronta ha sido insustituible. Su capacidad de gestión y los valores con los que imprimió todas y cada una de sus actuaciones han sido y serán siempre un ejemplo para todos nosotros. Por todo ello Rafa ha sido en los últimos años una de las personas más importantes en la evolución y el crecimiento de nuestro deporte.
Hace ya veinte años las circunstancias quisieron que nuestras trayectorias coincidieran en un punto que acabó siendo el de partida de una fructífera relación y una amistad inquebrantable. Gracias a ello nació un equipo y un proyecto comunes, que no habrían sido posibles, por encima de cualquier otra condición, sin la fuerza de su excepcional calidad humana.
El vacío que deja un padre y un marido como Rafa es del todo punto irreemplazable, imposible de tratar de llenar. Pero su esposa Inma y sus hijos Dani y Andrea pueden contar con todo nuestro apoyo, el de los amigos más cercanos y el de todo el baloncesto andaluz y español.
Lo que soy y donde estoy se lo debo a él. Por eso su adiós me abre un periodo de reflexión sobre el futuro.
@JLSaezR

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