Lo que John Holland da al Cajasol, John Holland lo quita
Borja de Diego
Cuando las cosas no salen bien, todos buscan culpables.
Partiendo de la planificación (siempre hecha a priori, con lo que
conlleva de riesgo) al juego en la pista, en Sevilla se han ido
solventando los problemas a medida que surgían. A los problemas en la
dirección y rendimiento de Tepic, reubicación para la mejoría del serbio y fichaje de Blakney. A la falta de potencia en el juego interior y lesiones, fichajes (temporal) de Dozier, corte de Buckman e incorporación de Williams. A la débil defensa exterior, trabajo para frenar el perímetro de Lagun Aro
y lograr la victoria que marque distancias respecto a los puestos de
descenso. Hay, sin embargo, un punto que no termina de resolverse, y ése
es el que atañe a John Holland.
Éste es su segundo año como profesional tras su paso por la Chorale
Roanne. Llegó al Cajasol con Tepic desplazado al rol de base suplente
para sumar como escolta sus capacidades para defender, robar y correr, tirar y, además, sumar en la dirección si
fuera necesario. En pretemporada no arrancó con buen pie y ya en su
debut en la Liga Endesa comentó Aíto que podía haberle pasado factura,
si bien dejó claro que pensaban "apoyarnos en él. Tener un 2 que sea capaz de jugar encestando pero también pasando, driblando o leyendo el juego es importante para nosotros". Sin embargo, lo que el neoyorkino va dejando en Sevilla hasta ahora son luces y sombras.
Empecemos por lo primero. Holland le da al Cajasol un tirador capaz de inventar. Cuando más aprietan las defensas rivales, es capaz de elevarse y resolver con más o menos facilidad y acierto, encuentra sus propios tiros sin que le falte el talento ni
tiemble la muñeca. Un recurso ofensivo que se añade a las entradas de
Asbury, carácter de Satoransky y poderío de Williams, las tres
principales vías hasta el momento del ataque cajista, para desatascar
cuando lo requiera el encuentro. También contribuye y mucho a la defensa agresiva,
que muerde desde atrás para sorprender rápido y herir al contragolpe;
el juego de ataque pasional que mejor le ha sentado hasta el momento a
los de Aíto. En este sentido, Holland es parte importante del engranaje y
muy capaz, como demostró ante el Herbalife Gran Canaria con victoria (16 puntos, 2 asistencias) o Valencia Basket (24
puntos, ojo al 5/11 en triples, 6 rebotes y 4 asistencias para 29
puntos de valoración); minutos de responsabilidad en los que decidió y
hasta ofreció un referente, aportó tiro y movimientos imprevisibles. Se
adapta y garantiza peligro en carrera y cuenta con el talento con que se
ganan los partidos.
La mejoría de los sevillanos, sin embargo, ha llegado por un reajuste
del juego en equipo. De una excesiva búsqueda de soluciones
individuales a insistir en la defensa con especial atención a la zona
más sensible en estas 14 jornadas de ACB, el perímetro, además de buscar
un ataque más colectivo.
Aquí es donde el escolta norteamericano no termina de adaptarse, acapara lanzamientos y se precipita. En lo que llevamos de competición, cuenta con un 37/70 en tiros de 2 y un 17/61 en triples, pasa de la velocidad a la prisa
sin darse a cuenta. Subiendo el balón o dirigiendo imprime más nervio
que dinamismo y esto resta más que suma. En el +/-, su aportación media
al equipo es negativa (-7) y cuando los conceptos juego-confianza van
directamente unidos, como parece ser el caso, se dificulta aún más salir
de la espiral. Otra consecuencia directa de jugar entre el vértigo y la
locura es la falta de cabeza; el norteamericano parece
incapacitado para jugar las posesiones más frágiles y que requieren,
por tanto, de la máxima lucidez. Algunos aficionados ya han encontrado
el término: la "Hollandmanía". El resultado estadístico tras estas 14
jornadas: 10.4 puntos, 1.9 rebotes y una asistencia para 5.4 puntos de
valoración por partido.
En las ruedas de prensa post-partido, Aíto ha confirmado una y otra vez su total confianza
en el jugador. Sabe que puede dar mucho más que estos números y
acoplarse por completo al equipo. Ante la impaciencia por los resultados
(colectivos), en Cajasol apuestan por el trabajo y progresivo ajuste de las piezas. De momento se cumplen, poco a poco, las pequeñas tareas que marcan la mejora de los sevillanos a lo largo de la temporada.
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