Joan Sastre, la promesa se hace tirador
Borja de Diego - 02 de enero de 2013
Cajasol ante el Blancos de Rueda Valladolid, última jornada de la Liga Endesa, agoniza el primer cuarto con un 13-16 en el marcador. Tras un tiempo muerto, entran Blakney y Sastre desde
el banquillo. El primero se alza y empata el duelo con un triple.
Después llega el turno del mallorquín: tres veces solo y tres disparos
letales desde 6.75 casi seguidos que llevarían el duelo a un 25-16,
clave para el posterior dominio de su equipo y victoria. A sus 21 años,
ya sabe lo que es marcar diferencias en un encuentro de la máxima
categoría del baloncesto español.
Ha llovido mucho desde que Sastre llegara a la ACB. En 2009 fichó por el Cajasol de Joan Plaza, en plena reconstrucción, para compaginar junto a Tomas Satoransky el
filial y el primer equipo. Desde el primer día, el checo tuvo que
asumir galones como escudero de Calloway y a día de hoy, con la misma
edad que su compañero, dirige a los de Aíto con números de líder (su
media actual, 12.3 ppp. 3.6 rpp. y 3.9 app. para 12.3 puntos de
valoración). Sastre, por su parte, fue entrando más
tardíamente en la rotación ante la energía sin fin de un emblema como
Kirksay y, tras conquistar con la Selección el oro del Eurobasket U20 en 2011, erigiéndose tercer pilar de aquel bloque junto a Franch y Mirotic, una protusión discal en la espalda terminó con cualquier expectativa y su posible explosión en ACB. Cinco meses después, regresaba a las pistas. Tocaba volver a empezar.
Desde que llegó a Sevilla, su punto débil se ha concentrado en su
físico. Con 2.01 de altura, algunas voces decían que le faltaba peso y
envergadura, cuerpo en definitiva para hacer frente a sus competidores
en el puesto de 3. Esta carencia en su volumen corporal la suplía con una muñeca hábil, y no eran pocos los que pensaban que se podía sacar de él más rendimiento situándolo como escolta; incluso la planificación inicial del club de cara a esta temporada
parecía contemplarlo como recurso. El domingo ya lo vimos hacer de la
carencia virtud con una ágil entrada a aro pasado que se saldó con la
antideportiva de Renfroe. La fragilidad se vuelve ahora velocidad, y es
que Sastre es capaz de aprovechar su cuerpo para moverse con una marcha
más que sus defensores, driblar con facilidad y al contragolpe además de
complicar los marcajes.
Pero vamos con los números. En estas 15 jornadas de liga ha duplicado sus minutos (de 8 a 15) respecto a la 2011-12 y promedia 5.2 puntos, 2.2 puntos y 1.3 rebotes para 4.6 puntos de valoración. Frente a sus porcentajes en tiros de 2 (25%) y tiros libres (57%), sus números en el perímetro empiezan a hacer sangre: 20/38, por encima del 50%. En la travesía paralela de su equipo por la Eurocup (6.8 ppp, 1.8 rpp, 1 appp, 4.3 puntos de valoración por encuentro en esta primera fase) ya ha firmado sus 11/23 en triples.
Este último partido ante los vallisoletanos firmó su mejor actuación en ACB superando su récord en anotación y valoración. Con un implacable 4/4 en triples,
números que afilan sus porcentajes esta campaña, dejó claro que sabe
aprovechar cualquier espacio que le cedan sobre la pista. Ágil,
voluntarioso en la captura del rebote ofensivo, la creciente puntería de
sus lanzamientos y mano de fuego contra Blancos de Rueda refrendó su
talento de tirador, con la sobriedad y acierto como principales
virtudes.
Un tirador de 21 años que ya ha dejado a un lado su condición de
promesa y el objetivo de incorporarse a la rotación de su equipo, dejarle hueco para tirar empieza a ser peligroso.
Futuro de la competición, ya sabe qué se siente al marcar el devenir de
un encuentro de la Liga Endesa, pero también de qué es capaz con la
muñeca caliente.
Vía: www.solobasket.com
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