El club estuvo hasta las diez de la noche
pendiente de firmar a Powell y Carter para igualar la oferta por
Urtasun, que finalmente se fue al Unicaja, y casi cerrar el plantel.
Fuente: Diario de Sevilla/Juan De La Huerga
Había
tanto sigilo en el Cajasol en las últimas semanas que lo que ayer era
blanco, hoy podía ser negro. Desde luego se han movido con muchísima
prudencia en el club sevillano para que no trascendieran un par de
operaciones, las relacionadas con los jugadores estadounidenses, que a
punto estuvieron de cerrar ayer. Se hubiera cuadrado el círculo deseado
por la directiva cajista y por el propio Aíto García Reneses.
La jugada a tres bandas se intentó hasta las diez de la noche, cuando Juan Carlos Ollero, presidente del club, acompañado por Leo Chaves y Juan Llaneza, director general y deportivo de la entidad, se dieron de bruces con la realidad. En esos movimientos vinculados como las fichas de dominó, si caía una, lo hacían las tres. Txemi Urtasun también estaba en el lote. No era cuestión de que los jugadores compartieran representante ni nada por el estilo, sino de capacidad presupuestaria, de echar cuentas para equilibrar la plantilla en función del dinero disponible.
El escolta no tuvo constancia en todo el día de cuál sería su destino, si se quedaría en Sevilla o, como empezó a publicarse en internet, primero en solobasket.com, y después incluso por la agencia Efe a lo largo de la tarde, tomaría el camino hacia Málaga, donde le habían ofrecido un buen contrato de dos temporadas y encima con la posibilidad de competir en la Euroliga. El Cajasol esperó hasta el último momento para intentar retener por todos los medios al navarro, pero desistió cuando llegaron malas noticias del otro lado del Atlántico.
El club hispalense llevaba cerca de un mes siguiendo de cerca a Josh Powell, como bien adelantó ayer por la tarde la web tubasket.com, pero la negativa del apoderado de este cuatro-cinco americano, principal deseo de la entidad y del técnico madrileño, al solicitar más dinero, provocó que todo el mecano se fuera destruyendo. Los cajistas subieron la propuesta a Powell, un valioso interior venido a menos y que estuvo hace muchos años a punto de firmar en Manresa y hace menos anduvo cerca de ser contratado por el Barcelona. Por una u otra cuestión, este pívot de 2,06 metros y 29 años acabó jugando en la NBA; no en vano, estuvo en las filas de los Lakers campeones en 2009 y 2010. Entre pitos, flautas y dólares, terminó compitiendo en la floreciente liga china la pasada campaña. Hasta el último momento, anoche, hubo contactos con su agente para tratar de que aceptara la oferta del equipo de San Pablo y reforzara la posición más delicada para Aíto, acompañando a Bogdanovic, Triguero y el joven Balvin. Valía perfectamente Powell para las necesidades que requerirá la nueva plantilla del Cajasol.
No fue el único fiasco que se llevaron este lunes Ollero, Chaves y Llaneza. Otro Josh, Carter, era el otro jugador que encajaba a la perfección en el perímetro que busca Aíto. Con una estatura en torno a los dos metros, este escolta-alero, hermano del ex cajista Warren Carter -que jugó en Sevilla en la etapa de Manel Comas, aunque fue cortado más pronto que tarde-, rindió de forma muy satisfactoria en el Maccabi Ashdod israelí, sólo cuenta con 24 años y de nuevo en el Cajasol todos estaban de acuerdo que teniendo en cuenta las variables coste-capacidad era una buena oportunidad para contratarlo y que fuera haciéndose un nombre en la Liga ACB. Pero no será así, pues su representante comunicó también anoche que acaba de aceptar una oferta mayor para competir el próximo curso en la Eurocup.
Incluso con el no de Powell y el sí de Carter, el club hispalense hubiera apostado por Urtasun, pero los tres dirigentes encargados de los fichajes decidieron anoche no comunicar a la ACB que igualaban la oferta por el navarro, que a medianoche se convirtió en el nuevo refuerzo del Unicaja. Ahora, en Sevilla tendrán que seguir mirando el mercado para ver qué incorporaciones hacen antes de que arranque la pretemporada a mediados de agosto.
La idea en todo momento, de Aíto y de la terna rectora, era equilibrar la oferta malagueña por Urtasun, aunque siempre cuadrando las cuentas y los puestos. No salió y las fichas del dominó a última hora se fueron al traste. ¿Y Calloway? Parece improbable, por no decir imposible, que el Cajasol iguale por el base.
La jugada a tres bandas se intentó hasta las diez de la noche, cuando Juan Carlos Ollero, presidente del club, acompañado por Leo Chaves y Juan Llaneza, director general y deportivo de la entidad, se dieron de bruces con la realidad. En esos movimientos vinculados como las fichas de dominó, si caía una, lo hacían las tres. Txemi Urtasun también estaba en el lote. No era cuestión de que los jugadores compartieran representante ni nada por el estilo, sino de capacidad presupuestaria, de echar cuentas para equilibrar la plantilla en función del dinero disponible.
El escolta no tuvo constancia en todo el día de cuál sería su destino, si se quedaría en Sevilla o, como empezó a publicarse en internet, primero en solobasket.com, y después incluso por la agencia Efe a lo largo de la tarde, tomaría el camino hacia Málaga, donde le habían ofrecido un buen contrato de dos temporadas y encima con la posibilidad de competir en la Euroliga. El Cajasol esperó hasta el último momento para intentar retener por todos los medios al navarro, pero desistió cuando llegaron malas noticias del otro lado del Atlántico.
El club hispalense llevaba cerca de un mes siguiendo de cerca a Josh Powell, como bien adelantó ayer por la tarde la web tubasket.com, pero la negativa del apoderado de este cuatro-cinco americano, principal deseo de la entidad y del técnico madrileño, al solicitar más dinero, provocó que todo el mecano se fuera destruyendo. Los cajistas subieron la propuesta a Powell, un valioso interior venido a menos y que estuvo hace muchos años a punto de firmar en Manresa y hace menos anduvo cerca de ser contratado por el Barcelona. Por una u otra cuestión, este pívot de 2,06 metros y 29 años acabó jugando en la NBA; no en vano, estuvo en las filas de los Lakers campeones en 2009 y 2010. Entre pitos, flautas y dólares, terminó compitiendo en la floreciente liga china la pasada campaña. Hasta el último momento, anoche, hubo contactos con su agente para tratar de que aceptara la oferta del equipo de San Pablo y reforzara la posición más delicada para Aíto, acompañando a Bogdanovic, Triguero y el joven Balvin. Valía perfectamente Powell para las necesidades que requerirá la nueva plantilla del Cajasol.
No fue el único fiasco que se llevaron este lunes Ollero, Chaves y Llaneza. Otro Josh, Carter, era el otro jugador que encajaba a la perfección en el perímetro que busca Aíto. Con una estatura en torno a los dos metros, este escolta-alero, hermano del ex cajista Warren Carter -que jugó en Sevilla en la etapa de Manel Comas, aunque fue cortado más pronto que tarde-, rindió de forma muy satisfactoria en el Maccabi Ashdod israelí, sólo cuenta con 24 años y de nuevo en el Cajasol todos estaban de acuerdo que teniendo en cuenta las variables coste-capacidad era una buena oportunidad para contratarlo y que fuera haciéndose un nombre en la Liga ACB. Pero no será así, pues su representante comunicó también anoche que acaba de aceptar una oferta mayor para competir el próximo curso en la Eurocup.
Incluso con el no de Powell y el sí de Carter, el club hispalense hubiera apostado por Urtasun, pero los tres dirigentes encargados de los fichajes decidieron anoche no comunicar a la ACB que igualaban la oferta por el navarro, que a medianoche se convirtió en el nuevo refuerzo del Unicaja. Ahora, en Sevilla tendrán que seguir mirando el mercado para ver qué incorporaciones hacen antes de que arranque la pretemporada a mediados de agosto.
La idea en todo momento, de Aíto y de la terna rectora, era equilibrar la oferta malagueña por Urtasun, aunque siempre cuadrando las cuentas y los puestos. No salió y las fichas del dominó a última hora se fueron al traste. ¿Y Calloway? Parece improbable, por no decir imposible, que el Cajasol iguale por el base.
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