Queen
dio los buenos días a los aficionados que comenzaron a ocupar sus
asientos en el O2. La competición de baloncesto en silla de ruedas
comenzaba en estos Juegos Paralímpicos recién inaugurados. En la pista, un invitado que quiere ser más que eso: la selección española en su estreno en una cita paralímpica 16 años después. Pocos quedan de aquel grupo que participó en Atlanta 96 y las ganas se han ido acumulando.
Las sillas volaban por la pista, el sonido de los choques inundaba el pabellón.
Primer partido y ambos equipos se conocían a la perfección, no iba a
ser un paseo. Los dos salieron a por todas y las caídas se
multiplicaban.
Pero
tras unos instantes de nervios, España cogió la batuta del partido y
comenzó a ejercer presión en el ataque italiano. Aunque Italia parecía
contar con más apoyo en la grada, los de Óscar Trigo no se dejaron
amilanar y siempre fueron por delante en el marcador.
Al descanso, España daba un recital de buen juego y efectividad y se marchó al vestuario con 13 puntos de ventaja, 39-26.
En la grada, bailando cada canción y aplaudiendo cada canasta, la
Infanta Elena con sus hijos, junto a Federico Trillo y Miguel
Carballeda.
La concentración del
equipo español continuó en el tercer cuarto. No hubo relajación y el
porcentaje de tiros de dos se mantuvo en un gran 64%, muy superior al
33% de los italianos que tuvo en Cavagnini a su mejor hombre. En España
era Diego de Paz quien lideraba al resto.
El
último cuarto fue un recital español. Los italianos se quedaron sin
fuerzas y España terminó su primer partido en unos Juegos Paralímpicos
con una abultada victoria por 67-40.
Hereford acoge a la selección española
Después
de la concentración en Madrid, la selección española de baloncesto en
silla de ruedas viajó a Inglaterra para hacerse con la tierra y encarar
la recta final hacia sus primeros Juegos desde Atlanta 96. Hereford fue
la ciudad elegida. Y no pudieron haber escogido mejor ciudad. Hereford
se volcó con el equipo desde el primer minuto. "Las instalaciones y el
hotel eran estupendos, pero la gente todavía más. Todo lo que
necesitamos, lo tuvimos", cuenta Juan Manuel Burdalo, manager del
equipo.
Se
prepararon psicológicamente para jugar con bullicio. Acostumbrados a
jugar anet 100 personas, se encontrarían 3.000 en Londres. Había que
crear el ambiente necesario. Qué hacer si en el pabellón solo está el
equipo y los técnicos. La banda de música de Hereford fue la improvisada
e inédita solución. Todos los componentes de la orquesta poblaron las
gradas con sus instrumentos y comenzaron a llenar de sonidos una cancha
vacía. Es una de las experiencias que relata Burdalo con una gran
sonrisa. "La última noche nos invitaron a cenar, abrieron un pub para
nosotros hasta la una de la madrugada, cuando allí todo cerraba antes de
las once. No nos dejaron pagar ni una sola vez y nos acompañaron
jóvenes que estudiaban español. Fue una vivencia muy, muy especial". Al
final, intercambio de camisetas para recordar el momento y Hereford,
para siempre, con la selección española de baloncesto en silla de
ruedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario