
Tiene tan solo 20 años casi recién cumplidos y ya ha
llegado a lo más alto en las categorías inferiores del baloncesto
femenino español. A Laura Gil, pívot de 1,91 metros, solo le falta
debutar en la selección absoluta porque en las categorías menores lo ha
ganado todo y atesora nada menos que nueve medallas, cuatro de oro y
cinco de plata. La última fue contra Hungría al ganar (59-46) en la
final del Europeo sub'20 y encima ser elegida MVP en el partido gracias a
sus 23 puntos y 18 rebotes.
Es de la tierra (Murcia, 24 de abril de 1992) y hecha
para el baloncesto en la cantera del Capuchinos, de donde salió a los 14
años como una futura promesa con destino al programa Segle XXI, donde
se ha forjado la elite del baloncesto femenino actual. De ahí al
Perfumerías Avenida de Salamanca, luego al Hondarribia de Irún y ahora
esta esperando poder hacer público el nombre de su nuevo equipo, que,
desde luego, será de campanillas:
«Se anunciará esta semana, pero aún no puedo hacerlo
público porque están pendientes algunos flecos. Pero, sí, me quedo en
España y no me voy al extranjero».
Laura Gil no suelta prenda y mantiene el secreto, pero no
hace falta ser muy perspicaz para imaginar que ese equipo debe ser el
Rivas madrileño -club que, junto al Perfumerías Avenida de Salamanca y
una vez desaparecido el Ros Casares de Valencia, forma el dúo de mejores
equipos españoles- el destino final de la murciana, que ya fue campeona
de la Euroliga femenina en 2010-11 con el cuadro salmantino: «Este año
la Liga va a estar bastante igualada. La crisis económica ha igualado a
los equipos y no va a haber la superioridad de otras temporadas».
«Eso de jugar fuera tiene sus ventajas y sus
inconvenientes. Voy poco Murcia porque no dispongo de tiempo. Ahora
mismo estoy en Madrid con el tema de mi nuevo equipo y el 13 de
septiembre debo estar incorporada a la disciplina de mi nuevo club.
Menos mal que mis padres vienen a verme donde juegue y así puedo estar
con ellos. Ahora mismo acaban de estar en el Europeo de Hungría y me han
visto ganar la medalla de oro», explica.
«No solo me gustan las medallas, sino también las
experiencias vividas, las compañeras que he tenido, los veranos que me
he pasado disputando los campeonatos. Bien es verdad que no he parado y
que eso me ha impedido ir a pasar los veranos a Murcia, pero ha merecido
la pena».
Ahora solo le falta dar el salto a la selección absoluta,
algo que debe llegar por su propio peso: «De momento no he jugado nunca
ni me han llamado para ningún partido, pero seguiré trabajando para
llegar algún día a ella». Y a los que le pronostican que ella será la
nueva Amaya Valdemoro del baloncesto español les dice que «Amaya es la
estandarte del baloncesto femenino español y llegar a parecerse a ella
es todo un elogio. ¡Ojalá llegue algún día a lograr una mínima parte de
lo que ha conseguido Amaya! Pero todavía me lo tengo que currar bastante
para llegar a la selección de los mayores».
Sus referentes son Montañana y Garbajosa, pero mira a Pau
Gasol, a Felipe Reyes y a Juan Carlos, 'la Bomba' Navarro, porque es a
quienes aspira a superar en cuestión de medallas: Pau y Felipe reúnen 11
y Juan Carlos, 10; Laura, 9. Una más y habrá igualado a tres mitos del
baloncesto mundial.
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