El Cajasol no pudo tumbar a un Canarias con unos geniales Uriz y Sekulic (77-68)
Francisco Rodríguez - 03 de febrero de 2013 a las 14:44
Pocos pueden con el Santiago Martín y el Cajasol no está entre ellos.
Los sevillanos cayeron ante el CB Canarias por 77-68 en un partido
igualado hasta que la dupla Uriz-Sekulic (40 puntos) decidió el choque.
Sexto triunfo tinerfeño en casa.
Que nadie desespere. Si el marcador no se mueve, allí, así sea en Canarias, llegará John Holland para darle alegría, al menos para intentarlo. Con la hiperactividad del estadounidense, el Cajasol contrarrestaba la fuerte presencia de Sekulic en la zona (8-8). Pero si Holland desaparece en uno de sus ataques de irregularidad, el Cajasol sufre. Sufría porque Satoransky no brillaba bajo el yugo de Uriz y porque nadie más tomaba la responsabilidad.
Tras el parón, el Canarias fue un ciclón. Correr y correr, que eso nunca ha sido de cobardes.
Tres triples (dos de Uriz y uno de Rost) y un contragolpe de Blanco
gritaban como válida la filosofía de juego aurinegra (45-36). Del
Cajasol no había noticias. No las había porque los sevillanos son del
juego ordenado, del cinco contra cinco. En el desorden, poco pueden
hacer. Menos aún si Sekulic no paraba de anotar (49-38).
Entonces Sekulic campaba a sus anchas, Richotti le
seguía y el Canarias empezaba a dejar atrás al cuadro sevillano. No
obstante, la pegajosa defensa cajista y el regreso al protagonismo de
Holland acercaban posturas en un choque lento, sin prisa, sin brillo ofensivo ni alardes de grandeza (16-14).
En el segundo cuarto, los tinerfeños subieron un peldaño de intensidad, un escalón de ambición. Chagoyen movía sus pies como un correcaminos, Richotti bajaba la cabeza y corneaba al aro rival y a Holland y juntos tiraban de un Canarias con más vitalidad y acierto (25-19).
Y es que si duermes, nadie te despierta; no sin un golpe. Asbury
dormía, regaló un balón y Sekulic le golpeó con dos puntos que abrían
brecha (29-21).
Aunque este Cajasol no es el mismo Cajasol del comienzo de temporada. Aíto cuida a sus niños, les resguarda, les cubre las espaldas. Por ello, detrás del cuello de Satoransky está Blakney.
Sin pena ni gloria, pero está. El base es cientos de partidos y miles
de experiencias. Con ellas y con ellos le devolvió la vida a los
andaluces: ocho puntos y nueva vida antes del descanso (34-34).
Sin embargo, los andaluces no querían morir sin gritar y lo intentaron. Su esfuerzo colectivo propició que los locales cayeran en amnesia de juego temporal y los visitantes endosaron un parcial de 0-6
que revivió el partido (49-44). Aquello duró lo que quiso Uriz. Otros
dos triples de vértigo, canasta de Lampropoulos, triple de alivio de
Blakney y jaque al Cajasol (58-47).
Aíto buscó soluciones para sorprender en el último
cuarto: zona 2-3 y perímetro de altura (Satoransky, Holland y Tepic).
La fórmula funcionó (63-56) hasta que Alejandro Martínez le encontró remedio, o a Lampropoulos, que fue lo mismo (69-59). Los canaristas no tuvieron más que encomendarse a Uriz para dar el mate a un Cajasol con buenos fundamentos, pero sin solvencia anotadora (77-68).
El partido, en cinco claves:
- La Fortaleza: Uno, dos, tres, cuatro… y cuenten hasta seis. Esas son las victorias que acumula el CB Canarias en su terreno, en su feudo, en el Santiago Martín. Fortaleza inexpugnable y cuasi irresoluble para esta ACB. El Canarias puede ser muchas cosas, pero, sobre todo, es un equipo que en el Santiago Martín juega como lo que es: su casa.
- Correr y correr: El cuadro canarista no es aquel Phoenix del ‘run and gun’, mas tiene un aprecio ferviente por jugar corriendo. Olvídense de los refranes, porque correr nunca ha sido de cobardes. No para un Canarias que cuando lo hace se siente cómodo, encuentra espacios y los aprovecha con triples. Cuando corrió, el Cajasol no tuvo opción.
- ¿Dónde estás Tomas?: Lo preguntó Blakney y también Holland. Ellos dos mantuvieron a flote al Cajasol mientras Satoransky no aparecía. Cuando ambos cayeron y Satoransky siguió sin aparecer, Cajasol cayó definitivamente. Y es que a pesar de conseguir 14 puntos, el checo fue una sombra de lo que es.
- Uriz y Sekulic: Dúo dinámico, dúo supremo, Thelma y Louise, un rasca y gana. Uriz y Sekulic dinamitaron el partido con sus actuaciones. Entre los dos finiquitaron el partido y entre los dos consiguieron 40 puntos.
- De perdidos a las pérdidas: Error y error. El Cajasol fue un equipo aplicado en defensa pero que sufrió la enfermedad crónica de las pérdidas de balón. Hasta 20 pérdidas con Williams (5) como referente. Demasiadas para optar a la victoria.
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